Son sistemas de bicicleta compartida de empresas privadas, la mayoría de origen asiático, que funcionan con una aplicación de móvil que permite localizarlas, desbloquearlas, pedalear y dejarlas al final del trayecto, en cualquier sitio. Sin atarlas. El fenómeno parece imparable. En países como China hay millones y ya han desembarcado en algunas ciudades europeas, aunque algunas como Ámsterdam o Londres han paralizado el despliegue. En España el conocido como free-floating ha llegado a Madrid y Granada. Compañías como Obike (de Singapur) o Mobike (China) quieren entrar también en Barcelona, pero el Ayuntamiento les ha pedido que se esperen a tener una normativa que regule tanto las bicicletas como los coches y motos compartidas. El propio consistorio admite que hay una veintena de operadores interesados, entre bicicletas, motos y coches.
Sign up to our newsletter to receive regular updates about the VeloCittà project
You are successfully signed up
You are already signed up